miércoles, 5 de diciembre de 2007

21 de junio

Soy más fértil cuando te tengo
dentro, como un hijo.
Arraigan tus dedos raíces
leñosas;
eclosionan los pámpanos
de blancura y jolgorio.

Soy más fértil cuando me
trabajas
con hierros de labriego,
fríos sobre lo cálido.
Arrancas la vida de mis
áridos roquedales.

Soy más fértil cuando en mí clavas
el bastón de las aguas.
Haces brotar ríos
llenos de algas y peces
que se enredan en salino.

Soy más fértil cuando recoges tu cosecha.

Y de mí
finalmente
no queda nada.

sábado, 1 de diciembre de 2007

1 de enero

Canto callada
con sonidos ultrasónicos:
una dama pública no hace ruido.
Canto
y parece una oración
al desierto,
un mantra de mi particular
danza de la lluvia.
Llueve.

Llueve por todas partes,
y cubre
los muebles
mi ropa
mi cara.
Llueve tierra –tic,toc, hace
al caer
y Noé construye un arca
con los perros
que acudieron a mi llamada.
Canto para que
las nubes
se estrujen con furia;
salgan rayos.

No lo hace una dama pública,
pero hoy,
conscientemente,
dejo que lo veas.
Es un castigo.