Nací casi muerta
con un cordón alrededor del cuello.
Flor entre las rocas
del páramo que era el vientre de
mi madre.
A los 13 volví a nacer
de entre las aguas.
Me coronaron Venus y
a mi hermana Madre.
Brazos fuertes
me arrancaron entre cloro y espuma;
con el cielo en los labios y luz
en los ojos pensaba:
No se estaba tan mal.
A los 15 moría en mi reflejo
A los 18 en mis heridas
A los 20 en una búsqueda infinita
A los 24 descubrí el dolor
Y desde entonces como las Grandes muero cada poco.
Muero, pero renazco
con renovados ánimos
y un poco de náuseas.
Nunca intenté acabar conmigo.
Para qué?
si la vida ya se encarga de eso.
lunes, 14 de marzo de 2011
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